miércoles, 11 de mayo de 2011

Relatoría Rama


El crítico Ángel Rama se encuentra dentro de una lista privilegiada de notables nombres que dan cuerpo y vitalidad a los asuntos latinoamericanos de la literatura, un estadio de reconocimiento que elogia sus aportes, pero que a su vez, le condena a la manipulación indiscriminada de su propuesta. La Ciudad Letrada se incorpora a la lista de categorías discursivas sobre la literatura Latinoamérica, a menudo, sin un mínimo de cuidado y todo partícipe de los estudios literarios tiene de suyo, presuntamente, el poder de invocarla.    

Con la anterior premisa el texto de la “Ciudad Modernizada” es abordado por la clase con suma cautela y se parte de un necesario repaso de los anteriores títulos que componen el libro La Ciudad Letrada, de donde se extrae el capitulo anteriormente citado.  

1.      La Ciudad Ordenada: El génesis histórico de Rama coinciden con las aproximaciones de Quijano, para ambos, el punto de partida para hablar de lo latinoamericano es desde la conquista y desde las estructuras que ella proporciona.   Instituciones que amortiguan y facilitan un discurso encuentran en “La ciudad” un sistema ideal para introducir la Colonización, ella es la síntesis de un Imperio en que reina el binomio: civilización/barbarie.

Lo anterior encuentra correlato en lo enunciado por parte de Miguel León Portilla quien afirma que en Mesoamérica hay ciudades precoloniales.

Ahora bien, la ciudad, en el marco de la Edad Media, acoge y hace hermandad, evidenciando categorías en binomios para denotar el espacio que se habita, a saber: “la ciudad de dios”/pagana. La colonización se efectúa como sistema jerárquico y vertical.

Las Ciudades Americanas efectúan la utopía del diseño que en Europa no logra realizar.  

2.      Ciudad Letrada: Exclusión. El prestigio está dado por el saber leer y escribir. La ciudad letrada se constituye por el poder simbólico de la letra.  La Biblia y las Leyes son productos que ejemplifican el régimen de la letra, que reflejan la existencia de un adentro y un afuera donde Oralidad y Escritura son opuestos.

El colectivo de gentes con poder y letra, constituyen la presencia de La Ciudad Letrada, aun conn la falta de una estructura arquitectónica que la respalde.

3.      Ciudad Escritural: La escritura logra posicionar a los sujetos criollos, al usar el código europeo. Sor Juana y el Inca Garcilaso, son dos ejemplos que encarna esta situación, entonces la ciudad Escritural es el campo de enunciación, que se figura contra la metrópoli y que busca subvertirla.

Ciudad Moderna: Creación del mito nacional. Se impone un modelo que apropia la escritura y esta se vuelve categoría. Toda expresión se absorbe por la anterior. Un imperio puede ser en la falta de lugar, como escenario arquitectónico, pero no tiene posibilidades en la carencia de letra. Este es el foco por el que mira la sensibilidad de Rama, la conceptualización de La ciudad Letrada sigue siendo su mayor preocupación, en su texto dirá que “la literatura, al imponer la escritura y negar la oralidad, cancela el proceso productivo de ésta y lo fijan bajo las formas de producción urbana” (pp. 120).

El lugar donde se crea el mito de lo nacional. Un lugar, que no se presenta necesariamente como un espacio en físico, sino como un escenario donde hace presencia lo colectivo. El colectivo es quien enuncia.  Modelo que se impone.  A) Abogados B) Grupos de intelectuales, Grupo De los letrados. Periodismo, Educación y la Diplomacia. Al final del texto el poder se decanta por los centros universitarios, incluso por encima de la institución y La Real Academia de La Lengua.

La letra presupone un poder que intente reproducir un régimen de orden, del que la ciudad es perfecto símil. La ciudad moderna queda sugerida por las colectividades que tienen en la escritura su expresión más aglutinante y a la vez más disociadora, dentro del entorno latinoamericano donde la oralidad se filtra por la porosidad de estatuto de escritura. 

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Relatoría de la clase del 11 de noviembre de 2010

Carolina Díaz-Granados

Lecturas: GLISSANT, Edouard: Capítulos: Cultura e identidad y El escritor y el aliento del lugar, en: Introducción a una poética de lo diverso. Planeta, 2002. pp. 59-79 y 129-144.

Se inició la discusión de los textos de Glissant, hablando acerca de que usualmente se han estudiado teóricamente las culturas a partir de conceptos raciales o económicos, cosa que distingue a Edouard Glissant, porque él hace la clasificación en culturas atávicas y culturas compuestas, dos conceptos que él organiza desde una combinación de relación con la tierra y con la Historias. Las primeras están fundadas, para él, en los principios de Génesis y de filiación; las segundas son las que practican la criollización.

También describe Glissant que los mitos fundacionales son los encargados de fortalecer la presencia de una comunidad en un territorio por medio de la creación de un Génesis, lo que los uniría a las culturas atávicas y reforzaría su deseo de legitimación y filiación de sus culturas, dos conceptos claves para la noción de identidad. La Historia será un producto salido de los mitos fundacionales.

En cambio, las sociedades compuestas comienzan a formarse con el relato que les ayuda a no aferrarse a una Génesis, que sería una forma de elusión, y que en el momento de pasar a una escritura, el relato no perdería esa elucidación porque será expulsado el “absoluto ontológico”.

El estudio del autor parte desde los conceptos de rizoma y raíz única, propuestos por los filósofos Deleuze y Guattari, y los modifica para pensar las culturas del Caribe y América, entre otras. La raíz única, estaría unida a lo atávico, porque su objetivo es enraizarse en lo profundo de una comunidad y excluir lo ajeno. Mientras que el rizoma se emparentaría más con lo compuesto, por su afán de extensión, lo que favorecería el proceso de criollización. Cabe destacar que ir hacia el rizoma, como modo de pensamiento y relación con lo otro y con el otro es un anhelo, y no implica en Glissant matar la raíz única. Es un llamado a u cambio de mentalidad.

Varias preguntas-objeción en clase, en torno al problema que representa (o no) conjugar las nociones de sistema y de rizoma, llevan a hablar de posibilidades de derrocamiento de la dupla hegemonía-subalternidad, y a hablar de teoría del caos, el Todo-Mundo y la función del escritor y la literatura en ese cambio de mentalidad y de estado de cosas mundial.

Glissant propondrá el concepto de “opacidad”, que vendría siendo un derecho y un estado rizomático de fuga, de perpetuo cambio, aunado a una relación con lo inmediato, estado que hace imposible pensar la transparencia total. Sería el soporte de cada persona, y de cada cultura, por mantener su propio Caos-mundo, que al sumarse en igualdad de condiciones y de poder a otros caos-mundo conformará el todo-mundo.

En este punto de discusión es donde entrará la literatura porque el escritor será el encargado de dar cuenta del caos-mundo al que pertenece o de ponerse en el lugar de la vivencia del otro y ponerlo en sus obras. Y así como Glissant defiende la vida de todas las lenguas, aunque uno escriba en una sola, el escritor que escribe de su caos-mundo asegura por este medio la supervivencia de los demás caos-mundo también. El caos-mundo debe probarse desde el lugar de origen, que sería el establecimiento de una relación y no una consagración a la exclusión.

Por eso Glissant pensará en la conformación de una nueva épica literaria fundada desde el multilingüismo que hará posible una relación y no dará vía a la exclusión, lo que a su vez dará paso a la inclusión de la “historia” sumergida en el todo-mundo.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Relatoría jueves 04 de noviembre

Lectura
Crónicas de Pedro Lemebel:

Manifiesto
Bésame otra vez, forastero
Qué pena que no me duela tu nombre ahora
Bienaventuranzas para la creatividad nacional
De nuevo la búsqueda, otra vez la decepción
Recuerdos de Pelotillehue
Siga participando
La cara sombría de la vergüenza
Homoeróticas urbanas



Inicia la clase aclarando que se llevará a cabo la celebración del centenario de natalicio de José Lezama Lima, con una ponencia a cargo del profesor Augusto Pinilla y la profesora Mónica del Valle, el día 11 de noviembre a las 6:00 pm en el auditorio Marino Troncoso.
También se anuncian las inscripciones para el semestre social.

A continuación es presentado el autor Pedro Lemebel quien nació en Chile el 21 de noviembre de 1955, le dicen la tía cronista de la literatura chilena, además de ser escritor hace performance, representando lo efímero del espacio; lo inmediato y fugaz de la expresión y la recepción imperceptible y más por no tener reconocimiento del público y del impacto que causó al rededor.
En los años 50 tuvo un grupo junto a Fernando Casas, llamado “las yeguas del apocalipsis”.

Pedro Lemebel ha escrito una gran cantidad de obras, las cuales no se encuentran en Colombia aunque son editadas por algunas de las más reconocidas editoriales, lo que podría designar un rechazo por la posición política del autor, por su forma de expresar la verdad de la sociedad, de dominación e injusticas, o por su homosexualidad; Lemebel escribe diferente a todos los autores canónicos de Latinoamérica, el tratamiento de los temas y la crítica social es evidente.

En la literatura de Lemebel se evidencian ciertas posiciones definitivas como la teatralidad, además de ser representante de la nueva crónica latinoamericana, tiene una posición cercana hacia los sujetos marginados, también se opuso al triunfalismo neoliberal, determinado por la pos dictadura en Chile y contradice a la globalización de la cultura gay, es posible percibir en Lemebel un rechazo o apatía al consumismo, a esa tematización y a la figura exótica del gay.

Sí hay elementos comunes y recurrentes en la literatura gay pero no es esto lo que predomina en la escritura de Lemebel, lo que él hace es acercarse a manera de ayuda a los marginados. En sus crónicas podemos reconocer una yuxtaposición de temas, sentidos y vivencias determinadas por el gusto y por la necesidad; en las crónicas de Lemebel es posible sentir tranquilidad, ternura y gusto con la historia y al siguiente segundo sentir repulsión y desagrado por la exacerbada descripción de los hechos carnales, hay un acercamiento a los sentidos más puros del personaje contrapuesto a sus necesidades u obligaciones falsarias.

Es curioso que Lemebel no haga parte del canon de literatura chilena, pues es un autor de constante, abundante y excelente producción literaria; en la crítica literaria se habla mucho de él, pero no se han hecho suficientes trabajos críticos sobre su proceso creativo. Es un autor que como lo definía Lázaro Lima para el caso cubanoamericano, conflagra posición de género y posición política, de ahí que en sus crónicas se hable de casos grotescos y crueles a los que se ve sometida la sociedad, como la búsqueda de los desaparecidos o la aceptación de los enfermos de sida y el proceso que deben asumir física y socialmente.

En medio de la clase se reconoce que los textos de Pedro Lemebel sirven de referente preciso para el lector, llevándolo de lo ficcional a lo real con temáticas recurrentes en la sociedad, pero opacadas por prejuicios y sociedades moralistas. Sin contar el lenguaje en que están escritos, en donde lo chileno aflora.


En general las crónicas leídas en clase agradaron a algunos de los estudiantes y fueron repulsivas para otros, por el lenguaje, las descripciones, y el tipo de acontecimientos que describen. No se puede negar que hay prejuicios al leer, en estos textos hay una suerte de seducción contrapuesta al prejuicio de esa visión militar representada en la dureza, en el rechazo a la sensibilidad, en el acercamiento a la fuerza, la masculinidad y la definición de hombre. Hay una posicionalidad definida que nos permite llegar o no al texto, y percibir lo que el autor audazmente quiere expresar.
Esos sentimientos encontrados se dejan analizar mediante el concepto de lo abyecto, que es a la vez repulsivo y fascínate, y condensa en este caso lo físico, lo social, lo sexual y lo político.

En términos formales, de estructura y rasgos de las obras se mencionan en clase: la rápida y precisa caracterización de los personajes, el uso muy particular del adjetivo que a menudo va pareado, junta palabras que contrastan. Este contraste traduce, según Mónica, la tensión o la paradoja social que Lemebel quiere recalcar. También es importante en estos textos el tipo de narrador, que a menudo está disociado (es yo, y a la vez es otro), que igualmente traduce en términos textuales la problemática de posicionalidad que Lemebel insiste en mostrar. Son comunes en sus textos, igualmente, alusiones al cine y descripciones de performances, con lo cual esa actividad suya haya cabida en lo narrativo también.

Para cerrar la discusión hablamos del tipo de “yo” que hay en algunos de estos textos, en su problematismo si se le mira desde los análisis de Ileana Rodríguez que trabajamos para clase.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Relatoría del jueves 28 de octubre del 2010

Felipe Larrea de la Rosa

Los compañeros que tengan 13 o más reseñas ya cumplieron con las suficientes para la nota. En caso de tener menos de 13 se puede aprovechar y hacer reseñas de las siguientes lecturas, salvo la de Lemebel.

Lecturas:
-La mujer como flor. Un tópico de la novela hispanoamericana de fin de siglo
. Rosa Pellicer, Universidad de Zaragoza España, Valencia, 2001, Ediciones y cultura. Pp. 135- 142.
-Lydia Cabrera, invisible, José Quiroga, The George Washinton University, Pittsburgh, 2000, Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana, Biblioteca de América. Pp. 99- 109

La clase comenzó con un comentario de la maestra acerca de la pasividad de nuestra parte con respecto a la crítica queer, especialmente el texto de Molloy. Un compañero comentó que la dificultad gira en torno a que no conocemos las obras que trata la crítica latinoamericana queer. Y por otra parte partimos de la credibilidad hacia la crítica otorgada. Otro compañero comentó que las herramientas no son suficientes y que uno entra en el juego del crítico y emplea sus herramientas. La maestra propone que uno como crítico literario debe hacerse también otras preguntas. Como por ejemplo: ¿Para nuestro caso qué tan posicionado está el texto crítico? ¿Qué repercusiones tiene eso en el modo como nosotros analizamos los textos normalmente? ¿Cómo desde esas otras producciones podemos leer esos textos en tanto crítica? ¿Desde esta clase qué preguntas uno tendría que formularles a textos que son textos de crítica?



Rosa Pellicer
El texto de La mujer como flor. Un tópico de la novela hispanoamericana de fin de siglo. Hace una genealogía desde la deconstrucción en cuanto a su intención. Es decir hace una relación entre la flor y la mujer, como una metáfora natural y aborda distintos textos que dan la pauta suficiente. Su bibliografía es: materialmente por un lado estudios sobre la mujer y por otro textos de autores que plasman la metáfora de la mujer como flor desde muy distintos ámbitos, por ejemplo: Vargas Villa, José Asunción Silva, Amado Nervo, etc. Es deconstructivista en cuanto su intención, aunque no en cuanto a marco y terminología. Las nociones que maneja son: mujer como flor, mujer virgen, mujeres ideales, mujer fatal, etc. Rastrea los binarismos y las polaridades desde el estructuralismo y la simbología.
Un compañero preguntó ¿Cuál es la pertinencia del texto? Otro compañero propone que para formular cierta conciencia de cosas que hemos considerado dentro del discurso. Para reconsiderar naturalizaciones. La maestra comentó que ella respondería desde el texto de Molloy: importa como aporte desde un esbozo de la relación padres de la patria/misoginia. Ninguna genealogía es desdeñable.


José Quiroga
Lydia Cabrera, invisible
-Las nociones son traducción como autoridad y alteridad.
-La (in) Visibilidad
Coherencia e inteligibilidad, viene de teorías del discurso, de análisis del discurso, y de estudios queer.
¿Cómo juegan en Lydia las nociones de raza-género-clase? Antropología- Literatura- religión.
En la combinación que él hace dinamiza estos conceptos. Lo que él hace es presentar la cosa y a la vez no lo dice. No cede a la lógica externa con la que se explicaría el comportamiento de Lydia, vital o textual. La poética de la homosexualidad del texto. Lydia no sale de la lógica interna. Desde ahí se invisibiliza. Lo que él hace es reunir el Monte y los cuentos cubanos. Hay una contraposición en Quiroga: a Lydia los críticos la han leído desde la visibilidad, es una mujer blanca burguesa que hace entrevista a personas negras. Lo que hace Quiroga es analizar lo invisible. Lydia presenta los textos y deja la duda, no recurre a las expectativas desde fuera, lo deja dentro de la coherencia del sistema interno. Fundamentales en la invisibilidad son dos planos: el plano de la vivencia personal y el segundo es cómo juegan en el texto de Lydia las cuestiones de raza-género-clase y esto pensado desde Antropología- Literatura- religión.
Mónica insiste en que esta lectura de Quiroga es una lectura sumamente lúcida y un ejemplo excelente de las posibilidades de análisis desde los estudios queer. Con Quiroga completamos un abanico de facetas, temas, enfoques de estos estudios, desde el texto de Ileana, pasando por el de Molloy y Lima, para llegar a Lemebel.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Relatoría clase 15 de octubre 2010
Presentada por: Mario Ponce Bavo
Texto: Carlos pacheco. Sobre la construcción de lo rural y lo oral en la literatura hipanoamericana. Pag. 57- 71

La clase, y el texto, empieza con una caracterización de lo oral. Partiendo de las polaridades “Civilización y Barbarie”, en ese sentido se distingue oralidad y escritura de la siguiente manera: campo, ciudad; periferia, centro. Para luego, dejar en tensión la modernidad como categoría que diluirá las fronteras entre estas polaridades.
El tema de Oralidad y literatura es multiforme y la necesidad de abordarla interdisciplinariamente parece inevitable. Carlos pacheco, se acerca como crítico literario a este categoría y ese entendimiento del lo oral y lo rural le lleva a conversar con la categoría de ciudad letrada de Ángel Rama.
Luego, se procede a mencionar la cita de Homero en el texto de pacheco para considerarlo en clave de oralidad y, así, promover y revisar los parámetros de la concepción de la obra. Existe una invitación para alejarse de la noción de autor y obra, y comprender que la obra es producto de un saber colectivo. Además, Se mencionan los artíficos formales que facilita el transitar de este saber, como lo son: la rima, la memoria, la mnemotecnia. Artificios propios de la oralidad. También se distinguen como lo oral marca cada cultura: Coplas, refranes, proverbios y que funcionan como una argumentación que define un modo de pensamiento distinto al de la escritura.
Por otro lado, se pregunta por las consecuencias de la relación de escritura y lo oral y se concluye, una vez más, que la oralidad se ha pasado a un segundo grado, y se ha naturalizado la escritura como civilización. Para caer nuevamente en los binarismos.
Se pregunta en la clase por economía cultural, para lo cual se responde que consiste en una dinámica de intercambios culturales de valor simbólico entre los que conforman la comunidad.
Después, Mónica preguntó ¿Porqué se dice que es América Latina territorio de la Oralidad? Se intentó profundizar en la relación que existe entre colonización y oralidad en América latina. Básicamente, porque son los dos conceptos que permiten rastrear el contraste de las formas americanas y las formas europeas. Se argumentó sobre la valorización que hace Quijano en su concepto Biológico de raza para establecer los valores como centro de una historia de la literatura latinoamericana. Se habló del término “Colonización” en dos niveles. En un el caso de Europa , significa conquista y para América, siguiendo a Quijano y a otros autores sobre la colonia, conquista apoyada en los discursos de dominación como la religión y la biología, y con efectos de larga duración en la cultura y en la mentalidad de los colonizados. Mónica, hace una precisión para desvirtuar la aparente igualdad entre los procesos de colonización de América y Europa, a raíz de preguntas en la clase. Se ejemplifica con la situación de un Árabe que tiene escritura y es considerado como distinto, donde no existe un proceso de alteridad neto; y la del mismo caso para el indígena y el negro, durante la colonia, que se considera que no tienen escritura, ni cultura y son la medida del otro para lo europeo. Un estudiante añade la concepción de sujeto otro varia en ambos procesos, dice: el sujeto en América Latina es inferior, dividido, fragmentado, despojado de su cultura; en cambio, el de Europa es un otro que tiene su cultura, que implica procesos de alteridad aún teniéndose que someterse a la más fuerte. Para finalizar, se concluyó que América Latina es oral a raíz de la desigualdad que generan los procesos de colonización, y por tanto no tienen las mismas connotaciones que la oralidad en Europa u otras parte del mundo.
Por otro lado, La oralidad no es algo puro, y que al relacionarla con la escritura hay que percibirlo en dos niveles. El primero, el nivel de la experiencia neta del escritor con el campo y lo rural, ahí se sitúa al escritor Arguedas y Juan Rulfo, generalmente en su infancia. El otro nivel que distingue pacheco con las obras en cuanto a la presencia de oralidad es ubicar la transición de lo oral a la ficcionalización, destacando que en ningún caso existe la transcripción literal de lo oral. Se hace énfasis en el comentario que hace Pacheco de cómo la escritura de estos autores aspira a la condición de lo oral. Los análisis de estas obras se hacen de una forma novedosa, pues no buscan la oralidad en un texto exclusivamente en lo lingüístico o de léxico, sino que rastrea cómo se cifra en varios niveles de la narración, tal como Pacheco describe en la primera parte de su texto.
Después, se aborda el concepto de ruralidad, una estudiante lo aclara como el espacio simbólico donde se da la oralidad. Se dan apropiación de objetos típicos de un lugar y con respecto con la tierra, este se convierte en un referente imaginario de nación. Una vez más se señala que los referentes de nación son móviles y responden a las necesidades políticas del momento.
Mónica pregunta por el objetivo final de este texto. Un estudiante establece que es poder evidenciar la dinámica de cómo lo oral se mueve dentro del campo cultural dentro del imaginario de nación. Y la necesidad de aprovechar y estar pendiente de las tendencias de comunicación, de las categorías de lo moderno, sin dejar de vista lo propio.

Relatoría clase Octubre 11 de 2010

Ileana Rodríguez. Conservadurismo y disensión: el sujeto social (mujer/pueblo/etnia) en las narrativas revolucionarias. Revista iberoamericana, volumen LXII, páginas 767-779.

Presentado por: Natalia Cock González

• ¿Quién es Ileana Rodríguez?
Nacida en Nicaragua. Feminista; es una de los miembros fundadores del grupo de estudios subalternos latinoamericanos.
Una estudiante pregunta si, además de crítica, es poeta. No lo es, lo que sucede es que existe Iliana Rodríguez Zuleta, poeta mexicana.


• Conformación del grupo de estudios subalternos latinoamericanos:
Surge en la universidad de Minnesota, en el área de español y literatura, como un grupo para presentarse a una beca; del grupo hacían parte John Beverley, José Rabasa y Mark Zimmerman. La mayoría de ellos participaron de una u otra manera en los procesos desatados por la revolución sandinista. Tramaban algo paralelo a lo que estaba efectuando el grupo de estudios subalternos de la India, que intentaban reivindicar, desde la historia, a los subyugados por el colonialismo inglés y francés, pero, en este caso, desde los estudios literarios y para Latinoamérica. Esta influencia coincide, además, con los trabajos del grupo de estudios culturales de Inglaterra.

• Estudios subalternos:
Quieren aterrizar estos estudios en América Latina desde la literatura, lo cual representa una ventaja enorme, y es una apropiación que no se da en otras áreas. Ahora, hay quienes piensan que puede darse una trivialización de las metodologías para abordar la literatura, pero eso no es verdad y se percibe en el rigor de este texto que leímos.

Fundamentos de trabajo desde el subalternismo
a. No hay una fijación metodológica, dado que el sujeto subyugado no es una fijación. Esto es ilustrado con la pregunta ¿Quién es hegemónico en Cien años de soledad, por ejemplo? La respuesta que se da ante tal interrogante es que se deben rastrear las acciones y analizar el juego de relaciones entre los personajes, pues no se establecen en una sola posición. El eje de trabajo es neo-marxista, y partiendo de él se hacen los análisis de texto, centrándose, por ejemplo, en los personajes.

b. el trabajo se centra en señalar disidencias y silenciamientos. Como ejemplo se proporciona En el tiempo de las mariposas. En ese libro hay dos o tres escenas mínimas en las que las hermanas Miraval, que se dirían subalternas en relación con Trujillo, por ejemplo, pasan a ocupar un rol hegemónico en relación con sus hermanas medias.
c. desde esta perspectiva, se hace un análisis de aspectos étnicos y raciales.
d. Es importante señalar que los estudios subalternos no se centran en un solo periodo histórico, a diferencia de los estudios poscoloniales.

• Ataques a los estudios subalternos
Hay un ataque desde América Latina en contra de las teorías que nacen en cualquier lugar del mundo y se aplican aquí. El grupo se disuelve más o menos después de 1996, pero sus integrantes siguen trabajando en esa línea, independientemente.

• La tercera ola
A partir de la intervención de un estudiante, a propósito de la teoría feminista que maneja Ileana en este texto, se aclaran las tres olas del feminismo. La primera y la segunda buscan derechos legales (sufragio) y la ocupación de posiciones laborales y sociales de representatividad, es decir, igualdad. Se asume, entonces, que la mujer es una y existe (para distanciarse de ese esencialismo, el texto de Ileana se refiere constantemente a lo que está entendiendo por mujer: representación escrita, género, biológica). La tercera ola se percata de lo que implica, además, la condición étnica: una cadena de subyugación.

Una estudiante pregunta si antes de la colonización también había subalternidad. La respuesta es que sí, aunque al usar ese término se caiga en un anacronismo. Otra menciona el texto de Teresa Lauretis en Genealogías del género: las personas son construidas por una formación de dinámicas sociales. Pasa del mismo modo con las relaciones de poder: son construidas. Una tercera estudiante pregunta cuál es la diferencia entre estudios postcoloniales, decolonialidad y subalternismo. La respuesta es:
a. Los estudios postcoloniales surgen a partir de las ex-colonias inglesas y francesas. Sus temas son lengua, nación, raza e historia, alrededor de eso piensan la relación colonizado-colonizador. Allí se ubican teóricos como Gayatri Spivak y Homi Bhabha.
b. Los estudios subalternos surgen en la India, fundados por Ranayit Guha. Estudian a aquellos que son subordinados en las sociedades, los que pueden hablar sin ser oídos.
c. La decolonialidad o postcolonialidad es un término acuñado en América latina. Se centran en ex-colonias portuguesas y españolas, unificadas por la lengua y la independencia temprana (en comparación con las ex-colonias británicas y francesas), pero con fracturas internas en el entramado étnico y racial. Su objetivo es replantear los lugares de enunciación y las narrativas de la historia.
Esto lo relaciona una estudiante con la ciudad letrada de Ángel Rama en tanto que estamos configurados para pensar que el Rey aún existe, y que además, nosotros también somos europeos. Pregunta si lo que traman es fijarse en la ciudad real y no en la idealizada. La profesora responde que eso no es posible, pero que los paradigmas sí pueden desplazarse. Los teóricos que aquí se ubican son Mignolo (en ciertas ocasiones), Quijano, Rolena Adorno, Mabel Moraña, Santiago Castro, Mazotti, Pratt y Cornejo-Polar. Noé Jitrik podría estar allí por la acuñación de los términos “Producción literaria” y “Producción crítica”.

Se habla, entonces, acerca de los premios innobles (Ignoble Prize) y se reflexiona cuál sería el innoble en literature, si los hubiera.

• El texto:
El discurso revolucionario se produce sobre el molde romántico, allí se notan cuatro tensiones que Ileana señala. Sin embargo, antes de centrarnos en ellas, muchas y muchos estudiantes expresan turbación porque no encuentran un hilo conductor, muchas ideas se quedan sueltas, y se necesita un diccionario conceptual amplio para seguirlas. Hacemos la puesta en común y nos concentramos, definitivamente, sobre las 4 tensiones que se dan en las narrativas revolucionarias, tensiones que las acercan a las narrativas románticas conservadoras. Las 4 tensiones son:
a. Yo-(nosotros) (Quiénes) de la subjetividades “nuevas revolucionarias” y “viejas románticas”: debería existir una discontinuidad y no la hay, en tanto que el revolucionario sigue hablando como un yo individual -
b. Condensaciones lacanianas de mismidad, alteridad y neutralidad: el yo masculine subsume todo lo demás
c. Feminización de las epistemologías revolucionarias: aquí se señala que hay algo raro acerca del Ché, esto es la feminización evidenciada en la homosociabilidad en campaña.
d. Tiranía/patriaquía. Pueblo-masa, tropa-base. Lo subyugado.

Una estudiante pregunta cómo es posible que se haga esencial lo femenino como lo tierno y lo acogedor, cuando Ileana dice que el género no es una categoría estable. La respuesta a este interrogante la da otro estudiante que señala que esa descripción se da desde un punto de enunciación: lo romántico.

• Enunciación femenina:
Ésta sólo puede darse mediante la deserotización o la muerte, el hecho de desangrarse (por la menstruación o una herida), pues un cuerpo muerto no tiene sexo, es un cadáver. Sólo la muerte permite escapar de la dupla occidental de hombre- mujer, dominante-subyugado, etc. Lo masculino tanto revolucionario como romántico se piensa en esos términos, el primero parece colectivo pero no lo es, aún tiene marcas individuales. Quizá desde lo femenino se podría quebrar este modelo.

Un estudiante apunta que la muerte, a su vez, heroiza. Eso es cierto, pero aquí no hay mujeres mártires, es decir, religiosas. De lo que se trata es que las mujeres se narren como tal. Se puntualiza que no es que hayan escogido esa ruta para enunciarse, sino que muchas fueron muertas en el frente.

• A partir del texto, la discusión comienza a girar en torno de las mujeres heroínas. La profesora pregunta cuál sería la palabra, que no derive de héroe (heroína) para designar las actividades de sujetos femeninos que lideran y transforman que utilizaríamos. Un estudiante propone “sacrificio”, pero esto puede tener una connotación negativa. Surge entonces la pregunta ¿Qué llamaríamos hoy una heroína? La respuesta general es una mujer en una situación compleja, por ejemplo, que tenga que sacar adelante sola cinco hijos. Otra respuesta es una mujer que ocupe cargos “de hombres”. Se apunta que hay heroínas, de cierta manera, permitidas: hechas a la medida de su contexto histórico y social. Cuando estas figuras entran a las narrativas maestras ya no generan rupturas.

Un estudiante apunta que el héroe masculino también ha cambiado. Se piensa en qué obras está representada la heroína que concebimos como tal. Se señala que la heroína que reconocemos está representada en la obra “Siete comunas”, pero que por lo general el arquetipo de heroína literario es distinto al de la vida real. Se reflexiona acerca de qué héroes y heroínas sugieren nuestros escritores, con qué referentes quieren llenarnos.

viernes, 15 de octubre de 2010

Relatoría clase 4 de octubre 2010

Presentada por: Natalya Peña Amaya

Texto: Juan Duchesne Winter. Biografía de un cimarrón: Capítulo II. poética del monte y del ingenio. Narraciones de testimonio en América Latina. Pag. 41- 78

1. Nueva fecha para el examen parcial: 21 de octubre

Se propone analizar el texto desde las partes en que está dividido.

2. Se señalan los aspectos que definen el particular juego de funciones y estructuras desarrolladas por el texto:

· Proyectos históricos culturales que animan su producción: la Revolución Cubana y revisión de una postura de la historiografía donde se creía que el proyecto de nación era desarrollado por la élite y la gente blanca

· Situación discursiva que la rige: modelo dialógico, comunicación

Barnett tiene un proyecto de sí, lo presenta y todo ese texto se articula a partir del mismo. No se aprovecha de Montejo, hay un diálogo y si hay diálogo quiere decir que él también es transformado, ya que no hay una diferenciación de los dos niveles, y el discurso de Esteban permea el de Barnett de una manera discursiva. No hay una apropiación de la voz del otro con fines de poder, es una mezcla del uno con el otro sin haber ventriloquismo intelectual. Se dice que es importante resaltar la conciencia histórica, en la medida que sustenta que no se trata de un individuo hablando (Esteban Montejo), sino de un individuo que hace parte de un colectivo.

¿Cuáles son las técnicas que parecen muy cercanas al proyecto de Barnett?

Identificación del informante apropiado.

1. “Diálogo vivo”

2. Uso de una grabadora magnetofónica, integridad lingüística

3. Plan de preguntas

4. Trabajo de consulta para verificar y complementar la información

5. Transcripción, selección y ordenamiento del material

6. Redacción del texto narrativo

Duchesne Winter señala las desventajas de la etnografía y de las narrativas de esclavos (Slave narratives), dos proyectos que parecerían similares a los de Barnett. En estas últimas algunas fueron censuradas, hubo malas traducciones y transcripciones, así como inapropiaciones entre las preguntas y las respuestas. En el caso de la etnografía, se exige un distanciamiento de aquel que hace la revisión o la investigación con el interlocutor para alcanzar un grado de objetividad, esto aleja a los dos sujetos o los jerarquiza, así el que entrevista tiene el poder y el intercambio se convierte en un ejercicio simétrico. El entrevistado y el entrevistador presuntamente pertenecen a culturas diferentes, mientras que aquí se asume que los dos están dentro de la misma cultura. Una de las objeciones hecha en clase por un compañero es que se materializa, es decir, que es una vida contable, en el sentido que se puede narrar o dar conocer y que se puede monetarizar.

¿Cuáles son los puntos que Duchesne Winter (DW) señala que hace Barnett? ¿Duchesne Winter qué hace para ver este texto como literario?

Analiza los tres niveles simbólicos (DW):

Espacio-tiempo-acciones como análisis bajtiniano muy particular, vuelve al texto que no es oficialmente una novela y lo divide en tres partes para verlo como un texto literario:

· Coherencia global. Descriptivo

· Coherencia local. Espacial

· Coherencia temática. Símbolos (Monte-Montejo)

DW parte de que hay un orden cronológico en la narración de Montejo y por ende en el texto de Barnett: Esclavitud, abolición, Guerra de independencia. Hay una línea de continuidad cronológica que da coherencia al texto (Coherencia global). La siguiente es los subtítulos que hay en el texto (Coherencia espacial) la vida en los barracones, el monte, los ingenios y la vida durante la guerra. Sobre el análisis de símbolos (coherencia temática), hay que mirar cómo las acciones narrativas construyen a Montejo y no las acciones inmediatas.

Se plantea la discusión de cuál de las voces se superpone a la otra. De cuál voz en más importante, si la de Barnett o la de Montejo y la pregunta de por qué DW le da primacía a las voz de Barnett. El orden que se impone a la obra, no es necesariamente que Barnett haya impuesto ese orden lineal, tal vez Montejo la contó así y como dice DW Barnett reorganiza y redistribuye. El foco que en realidad interesa a DW es la doble voz que se encuentra en el texto de Barnett. Hay dos testimonios que son indiferenciables y es ahí donde está el dialogismo.

Pregunta de alguien en clase desde la clase anterior: Este análisis ¿en qué testimonio se enfoca? Hay dos voces, dos funciones narrativas, la una tiene que ver con la revolución (pro revolución), la otra con la autonomía de lo negro (pensar una forma de vida). Se añade una contra pregunta a la anterior a partir de que así como el crítico tiene que tener una posición, el intelectual creador también tiene que tener una posición, y sí no valdría la pena entonces centrarse y exponer también los mecanismos mediante los cuales ese intelectual ha logrado ayudar a enunciar un proceso?

Se dan respuestas a la pregunta hecha anteriormente: 1. Hay un análisis del personaje detallado, pero hace énfasis a la voz de Barnett porque es la voz decisiva, la que estructura y determina qué va y qué no va. DW enfatiza en el diálogo que hay ahí, en la implicación que tiene una voz sobre la otra, cómo conviven las voces. 2. Al difuminar la distancia entre las dos voces se torna políticamente peligroso ya que se corre el riesgo de darle prioridad a la ciudad letrada sobre la ciudad real. 3. Barnett tiene predominancia editora pero no hay silenciamiento de la otra, y más allá de cuál prima o no se crea algo nuevo, una narración nueva.

La división que hace DW del texto en dos, corresponde precisamente a las dos voces, uno es qué hace Barnett (protagonista) y dos cómo oímos esa voz de Montejo, la visión de un sujeto sobre sí mismo que primero se ve como colectivo luego como individual. Hay una voz sofocada por la historia, no sólo por el testimonio, sino también por la historia cubana, que es la de gente negra participando en la independencia. Pareciera que la voz más importante es la de Barnett, pero sin la de Montejo no habría nada.

Grietas en el texto. ¿Hasta qué punto vemos eso como testimonio? ¿Por qué un intelectual nos lo ha puesto de tal manera? Es un debate que pone juego todas las condiciones:

1. Papel político de los dos

2. Hasta qué punto el que está siendo entrevistado quiere tener papel político o de transformación social.

3. Hasta dónde entonces la disociación de visiones se ve en ese texto

Pregunta en clase: ¿Cómo un crítico ve la relación entre estos dos? Sobretodo un crítico que quiere que este texto se lea en la universidad y desde un contexto de la literatura. Posible paso a seguir: La demanda o la exigencia de una herramienta apropiada, y DW al parecer encuentra una que suma contexto histórico, contexto político y un trabajo de lectura bajtiniano que logra funcionar.

La importancia del estudio de Barnett radica en que, logró conectarse con alguien, logró redimensionar la vida de este alguien como parte de un colectivo; además hizo que la gente empezara a desplazar la mirada sobre agentes de lo histórico.