miércoles, 11 de mayo de 2011

Relatoría Rama


El crítico Ángel Rama se encuentra dentro de una lista privilegiada de notables nombres que dan cuerpo y vitalidad a los asuntos latinoamericanos de la literatura, un estadio de reconocimiento que elogia sus aportes, pero que a su vez, le condena a la manipulación indiscriminada de su propuesta. La Ciudad Letrada se incorpora a la lista de categorías discursivas sobre la literatura Latinoamérica, a menudo, sin un mínimo de cuidado y todo partícipe de los estudios literarios tiene de suyo, presuntamente, el poder de invocarla.    

Con la anterior premisa el texto de la “Ciudad Modernizada” es abordado por la clase con suma cautela y se parte de un necesario repaso de los anteriores títulos que componen el libro La Ciudad Letrada, de donde se extrae el capitulo anteriormente citado.  

1.      La Ciudad Ordenada: El génesis histórico de Rama coinciden con las aproximaciones de Quijano, para ambos, el punto de partida para hablar de lo latinoamericano es desde la conquista y desde las estructuras que ella proporciona.   Instituciones que amortiguan y facilitan un discurso encuentran en “La ciudad” un sistema ideal para introducir la Colonización, ella es la síntesis de un Imperio en que reina el binomio: civilización/barbarie.

Lo anterior encuentra correlato en lo enunciado por parte de Miguel León Portilla quien afirma que en Mesoamérica hay ciudades precoloniales.

Ahora bien, la ciudad, en el marco de la Edad Media, acoge y hace hermandad, evidenciando categorías en binomios para denotar el espacio que se habita, a saber: “la ciudad de dios”/pagana. La colonización se efectúa como sistema jerárquico y vertical.

Las Ciudades Americanas efectúan la utopía del diseño que en Europa no logra realizar.  

2.      Ciudad Letrada: Exclusión. El prestigio está dado por el saber leer y escribir. La ciudad letrada se constituye por el poder simbólico de la letra.  La Biblia y las Leyes son productos que ejemplifican el régimen de la letra, que reflejan la existencia de un adentro y un afuera donde Oralidad y Escritura son opuestos.

El colectivo de gentes con poder y letra, constituyen la presencia de La Ciudad Letrada, aun conn la falta de una estructura arquitectónica que la respalde.

3.      Ciudad Escritural: La escritura logra posicionar a los sujetos criollos, al usar el código europeo. Sor Juana y el Inca Garcilaso, son dos ejemplos que encarna esta situación, entonces la ciudad Escritural es el campo de enunciación, que se figura contra la metrópoli y que busca subvertirla.

Ciudad Moderna: Creación del mito nacional. Se impone un modelo que apropia la escritura y esta se vuelve categoría. Toda expresión se absorbe por la anterior. Un imperio puede ser en la falta de lugar, como escenario arquitectónico, pero no tiene posibilidades en la carencia de letra. Este es el foco por el que mira la sensibilidad de Rama, la conceptualización de La ciudad Letrada sigue siendo su mayor preocupación, en su texto dirá que “la literatura, al imponer la escritura y negar la oralidad, cancela el proceso productivo de ésta y lo fijan bajo las formas de producción urbana” (pp. 120).

El lugar donde se crea el mito de lo nacional. Un lugar, que no se presenta necesariamente como un espacio en físico, sino como un escenario donde hace presencia lo colectivo. El colectivo es quien enuncia.  Modelo que se impone.  A) Abogados B) Grupos de intelectuales, Grupo De los letrados. Periodismo, Educación y la Diplomacia. Al final del texto el poder se decanta por los centros universitarios, incluso por encima de la institución y La Real Academia de La Lengua.

La letra presupone un poder que intente reproducir un régimen de orden, del que la ciudad es perfecto símil. La ciudad moderna queda sugerida por las colectividades que tienen en la escritura su expresión más aglutinante y a la vez más disociadora, dentro del entorno latinoamericano donde la oralidad se filtra por la porosidad de estatuto de escritura.