miércoles, 4 de agosto de 2010

Relatoría número dos: Texto de Nelson Osorio, “Estudios latinoamericanos y nueva dependencia cultural (Apuntes para una discusión).

RELATORÍA NUMERO DOS, CRÍTICA LITERARIA LATINOAMERICANA (Clase 3)

Texto de Nelson Osorio, “Estudios latinoamericanos y nueva dependencia cultural (Apuntes para una discusión)”, en Revista de crítica literaria latinoamericana, 66, 2° semestre de 2007, pp. 251-278.

José Alejandro Rodríguez.
(Agosto 04 de 2010)

Al iniciar la clase, la profesora hizo una aclaración colectiva, partiendo de la inquietud de una compañera, sobre lo que se entiende por Literatura y la posicionalidad en el quehacer escritural o crítico. Para ilustrar su exposición se formaron en el curso grupos de 2 y 3 estudiantes, seguidamente a cada uno de estos nos entregó un texto con algunas reflexiones sobre la lectura anterior, un texto de Aníbal Quijano, titulado “Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina”. La conclusión a la que se llegó en este punto fue, que “históricamente Literatura es un concepto cambiante”, que muchas de las obras que se leen hoy día como textos literarios, no lo fueron en su momento. Ejemplo de esto, son, El Lazarillo de Tormes, La Biblia, entre otros. Y que por tanto, es papel del crítico enfrentado a escritos rupturistas (o no) en Latinoamérica estar pronto y dispuesto a revisar sus criterios y conceptos de lectura.

En cuanto a la posicionalidad en el quehacer escritural o crítico, hubo un ejercicio, en el cual, a partir de la lectura de un texto titulado “Una pequeña fatalidad”, se “aclaró”, por decirlo así, el concepto de posicionalidad. Después de la lectura de dicha historia, surgieron las siguientes preguntas: ¿De qué lado está el narrador? ¿Desde dónde se cuenta la historia? ¿Qué partido toma el escritor? Las respuestas en principio fueron contradictorias, pero luego se fueron esclareciendo y a partir de éstas se concluyó que la posicionalidad es el punto desde el cual el crítico o escritor enuncia su discurso. Respecto a esto, la profesora terminó diciendo: “Hay productos y obras que no estamos mirando o que miramos, desde una perspectiva inapropiada… Lo cual puede ser el resultado de una equívoca posicionalidad en cuanto a la aplicación de las teorías o a la conciencia del medio en que vivimos”.

La lectura del día correspondía a un texto de Nelson Osorio: “Estudios latinoamericanos y nueva dependencia cultural”. De ahí se plantearon tres preguntas:

1. Desde Osorio, si la praxis es la relación dialéctica entre teoría y práctica, ¿cómo implica esto el trabajo de la crítica en / de Latinoamérica, qué implica además?

Las respuestas a la primera parte de la pregunta fueron: 1) Un quehacer político, una toma de conciencia, una posición. Entendiendo lo político un situarse en un medio concreto y, como un sentido de pertenencia a un colectivo.2) Avalar alternativas (proyectos culturales) vs políticas públicas. 3) Tomar conciencia de que el trabajo personal tiene efectos colectivos. Las respuestas para la segunda parte de la pregunta fueron: 1) Promoción y difusión. 2) Perspectiva semántica. 3) Articular crítica/literatura. 4) Ver, estudiar y conocer lo que se ha producido en esta geografía.

Debido a la terminación de la clase, quedaron sin responder las siguientes preguntas:

2. ¿Cuál es la fisionomía de un proyecto de trabajo crítico en literatura y crítica para Osorio, qué estrategias y procesos implica, a qué apunta y cómo se piensa ahí la crítica y qué papel tiene?

3. ¿Cómo justifica Osorio la necesidad de un “locus de enunciación”, “punto de hablada” o posicionalidad en todo este proyecto de pensamiento crítico (por qué se necesita, cuál es su condición sine qua non, cuál es su objetivo último?

Por último, quedó una pregunta para mantener: ¿Cuál es el fin último de la crítica, qué tipo de saber produce más allá de los productos concretos y materiales como escritos y conferencias?

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